La Alquimia

LA ALQUIMIA
Habitualmente se utiliza la palabra Magia, pero yo prefiero hablar de Alquimia.

La Alquimia espiritual es el uso del poder de la mente para realizar transmutaciones entre energía y materia de manera consciente.

Aunque se suele distinguir entre la alquimia protocientífica y la alquimia espiritual o hermética, las dos disciplinas tienen un mismo origen y no son más que asignaturas diferentes de la misma ciencia.
La Alquimia es una disciplina filosófica que combina química, física, medicina, metalurgia, astrología, arte, espiritualismo, misticismo, etc. Fue practicada en Mesopotamia, Egipto, Persia, India, China, Grecia y después en Europa hasta el siglo XIX.

Imaginamos al alquimista clásico en un laboratorio oscuro lleno de frascos y alambiques, buscando el elixir de la vida y la piedra filosofal capaz de convertir el plomo y otros metales vulgares en oro.
El alquimista espiritual, o hermético, busca lo mismo: la autotransformación, convertir un espíritu de bajo valor en un espíritu grande y noble capaz de interactuar con las fuerzas de Universo.
Para convertir el plomo en oro sólo hace falta extraer al plomo 3 protones de su núcleo. Convertir un espíritu deleznable en un espíritu propio de un alquimista, tal vez sea más complejo.

Hay que advertir al estudiante que el alquimista está solo ante su aventura.
Lo adeptos de todas las religiones rezan para que su dios obre milagros para ellos o para sus seres queridos. Ellos no se sienten con poder para realizar ese trabajo, pero tienen absoluta fe en que su dios sí es capaz de hacerlo si se lo piden con el suficiente convencimiento y sus almas están en armonía con el alma de su dios (es decir, que han sido buenos y están libres de pecado).
A veces hacen falta miles de almas pidiendo lo mismo en sus templos para que pueda obrarse el milagro, aunque sólo sea por casualidad, ya que se lo están encargando a alguien que ¿no existe? No voy a discutir ahora este tema, porque no es excesivamente relevante para lo que estamos tratando. ¿Quién no ha hecho funcionar alguna vez algún cacharro del que desconocía su funcionamiento a fuerza de trastear con él? Se suele decir “ten cuidado con lo que piensas porque se puede cumplir”.

Sin embargo el alquimista sabe que no hay nadie a quien encargar ese trabajo y que si algo quiere tiene que hacerlo él, siendo responsable de todos sus actos y de sus consecuencias. El alquimista es un pequeño dios, aunque no el único, por eso ha de ser prudente y discreto en el desarrollo de su trabajo alquímico.

Afortunadamente la práctica del trabajo alquímico no es fácil. Hace falta un diseño mental claro, una sensibilidad espiritual con la que poder conectarse con las fuerzas del Universo, fe (convencimiento), entrenamiento, perseverancia y una fuerte voluntad para transmutar la energía mental en algo tangible y ordenar al Universo -con amabilidad- “quiero ésto”. A veces es mejor “negociar” con el Universo, especialmente cuando se pretenden cosas aparentemente poco acordes con la Ley Universal.
Digo “afortunadamente” porque si no el mundo sería un auténtico caos, lleno de magos alquimistas haciendo su voluntad por aquí y por allá.

No es cierto que todos los hombres son iguales. Como mucho, y esto tampoco es cierto, son iguales ante la ley, iguales en derechos e iguales en oportunidades. El alquimista es alguien especial. Si puede obrar "milagros" es porque tiene derecho a hacerlo, ha alcanzado el conocimiento suficiente y no hay nada que temer. Seguro que lo hace para bien.
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Creas lo que crees.